A tan solo cuatro días del cierre de listas – eso es 96 horas -, la cruzada para bajarlo a Daniel Scioli de la carrera presidencial está jugando su capítulo más intenso en la Provincia de Buenos Aires. Ante la ausencia de una conducción que termine de ordenar el escenario, la disputa estaba adoptando un ropaje formal, girando fundamentalmente en torno al reglamento interno partidario que define los pisos, reglamenta los avales y estructura las boletas.

En las últimas horas, sin embargo, se sumaron también los intendentes bonaerenses al operativo «Candidato Único». El mensaje, encabezado por Martín Insaurralde y difundido a través de varios voceros, fue claro: si no había lista de unidad – es decir, si Scioli no se bajaba – acompañarían con su boleta solo al candidato que Cristina Fernández de Kirchner definiese en los próximos días. «(Scioli) no tiene un armado para presentar en los 135 distritos de Buenos Aires, y si arma, lo hará con cachivaches», provocó el intendente del Pehuajó, Pablo Zurro, diciendo en voz alta lo que muchos dirigentes de la alianza K-M venían susurrando en los últimos días. En el armado sciolista, mientras tanto, resisten: «Nosotros vamos a ir a fondo», repiten y se preparan para una impugnación, indicó P12.