Rusia registra la primera vacuna contra el coronavirus

Rusia se convirtió en el primer país en aprobar una vacuna contra el coronavirus y declararla lista para su uso, luego que el presidente, Vladimir Putin, informara anoche que el medicamento fue sometido a las pruebas necesarias, demostró ser eficaz y ofrece una «inmunidad duradera».

«Debemos estar agradecidos con quienes hicieron que ese primer paso fuera muy importante para nuestro país y el mundo entero», dijo Putín hablando en vivo por teleconferencia con los ministros de su gabinete.

En ese marco, señaló que una de sus dos hijas adultas recibió dos inyecciones de la vacuna.

El Ministerio de Salud, en tanto, dijo en un comunicado que se espera que la vacuna proporcione inmunidad contra el coronavirus hasta por dos años.

Putin enfatizó que la vacunación será voluntaria, según señaló la cadena de noticias CNN.

Las autoridades rusas informaron que los trabajadores médicos, maestros y otros grupos de riesgo serán los primeros en ser vacunados, mientras la viceprimera ministra, Tatyana Golikova, dijo que la vacunación de los médicos podría comenzar antes de que finalice este mes.

Los informes sobre la vacuna rusa se producen en medio de una febril carrera global para liderar la batalla contra la pandemia que ya produjo más de 20 millones de contagios y 734.000 muertes en todo le mundo, una carrera que libran las principales potencias -EEUU, China, Reino Unido, Rusia, Alemania- y cuyo resultado se espera que tendrá efectos sobre la geopolítica y la hegemonía mundial.

Rusia no ha publicado datos científicos sobre sus pruebas de vacunas y los críticos dicen que el impulso del país por una vacuna se produce en medio de la presión política del Kremlin, que desea mostrar a Rusia como una fuerza científica mundial.

Sin embargo, los científicos nacionales y extranjeros han hecho sonar la alarma de que la prisa por comenzar a usar la vacuna antes de los ensayos de fase 3, que normalmente duran meses e involucran a miles de personas, podría ser contraproducente.

Los funcionarios rusos han dicho que la producción a gran escala de la vacuna comenzará en septiembre y que la vacunación masiva puede comenzar ya en octubre.

Rusia ha registrado 897,599 casos de coronavirus, incluidas 15,131 muertes.

El mes pasado, Estados Unidos, Reino Unido, y Canadá acusaron a Rusia de utilizar piratas informáticos para robar la investigación de vacunas de los laboratorios occidentales.

La Organización Mundial de la Salud dijo que todos los candidatos a vacunas deben pasar por etapas completas de prueba antes de su implementación.

Los expertos advierten que las vacunas que no se prueban adecuadamente pueden causar daños de muchas maneras, desde un impacto negativo en la salud hasta crear una falsa sensación de seguridad o socavar la confianza en las vacunas.

Dos médicos argentinos coincidieron hoy en que es una buena noticia que haya «una vacuna más que parezca funcionar» sobre el anuncio realizado por Rusia, pero advirtieron que «no se publicaron resultados sobre esa investigación» y que recién se está comenzando la última fase de experimentación, que es la tercera, cuando se prueba en 20 o 30 mil personas para demostrar que es eficaz y ofrece inmunidad.

«Es excelente que haya una vacuna más que parezca funcionar, cuantas más vacunas haya mejor para todo el mundo», dijo hoy a Télam Radio el biólogo molecular argentino, Ernesto Resnik, quien reside en Minnesota, Estados Unidos.

Rusia se convirtió en el primer país en aprobar una vacuna contra el coronavirus y declararla lista para su uso, luego que el presidente, Vladimir Putin, informara anoche que el medicamento fue sometido a las pruebas necesarias, demostró ser eficaz y ofrece una «inmunidad duradera».

Resnik, que también es biotecnólogo, sostuvo que lo que «anunció (Rusia) es un poquito distinto a lo que parece ser».

«Rusia aprobó una vacuna que todavía no fue aprobada en fase tres, que es cuando se prueba inmunidad con miles de personas, estamos hablando de 20 o 30 mil personas y se verifica que la vacuna protege del virus y es relativamente inocua», explicó.

Pese a eso, el científico aseguró que «no sabemos mucho hasta ahora de la vacuna rusa, porque no se publicaron resultados, pero lo que sabemos es que en la fase anterior (la dos), fue efectiva en producir inmunidad en las personas, aunque son pocas».

Al respecto, el investigador aclaró que la vacuna rusa «parece no ser dañina ni tener efectos secundarios y parece producir inmunidad, pero esto se mide en laboratorio, falta la última etapa que es la fase tres».

«Rusia lo hace (el anuncio) por motivos políticos, posiblemente internos, para dar tranquilidad a su población ya que tuvo miles de infectados y es una maniobra geopolítica, que es la de posicionarse como la primera vacuna aprobada del mundo», aseguró.

En tanto, Martín Hojman, médico infectólogo del Hospital Rivadavia y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), afirmó que el anuncio de Rusia sorprendió mucho porque «no están especificados en ningún lado los estudios que se realizaron sobre esta nueva vacuna».

«Uno cuando hace una investigación científica debería registrarlo en la Organización Mundial de la Salud (OMS); por eso, lo que se puede llegar a interpretar es que están por ingresar a la fase 3 como las vacunas de China, Estados Unidos y Oxford», dijo a Télam Hojman.

El infectólogo señaló que de acuerdo a lo que pudo leer al respecto, «se hicieron pruebas y se verificó su poder de inmunidad en un grupo reducido de personas y no más, eso es en fase 2».

«Es un error apurar las fases porque puede haber complicaciones, la fase dos busca efectos adversos en poca población; la uno y dos miden seguridad, buscan que no haya efectos adversos graves y cuando no se ve en ningún paciente, se empieza a hacer en poblaciones más amplias y en diferentes grupos de población», detalló Hojman.

El especialista lamentó que «toda la información científica se esté usando de manera política por todos» e instó a que «se cumplan las fases como corresponde y que la salud pública mundial esté por encima de pujas políticas, regionales, de poder o económicas».

«Cuando mezclas la política con la salud, perdemos todos», finalizó.

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