Gildo Insfrán volvió a arrasar en las elecciones a gobernador de Formosa y logró este domingo su séptima reelección consecutiva. Es la quinta elección en la que supera el 70 por ciento de los votos, un techo que perforó por primera vez hace 20 años, en 2003.

La sorpresa, esta vuelta, fueron los casi 60 puntos de distancia que le sacó a su competidor más cercano, el radical Fernando Carbajal, lo que establece otro récord incluso para sus propios parámetros. El resultado, contundente, le aseguró además otro tipo de triunfo, con la mira puesta en Buenos Aires. El objetivo en la previa fue enviarle un claro mensaje a los miembros de la Corte Suprema, que si bien no se atrevieron a proscribirlo, todavía tienen en sus despachos dos planteos de la oposición local para objetar el artículo de la Constitución formoseña que habilita la reelección indefinida. Para eso movilizó como pocas veces antes a toda la estructura del peronismo, que cumplió con creces: la participación llegó al 80 por ciento del padrón. 

El mensaje se escuchó claro. «Voy a seguir todo el tiempo que el pueblo quiera», sostuvo el gobernador, que en 2027, cuando complete su octavo mandato, tendrá 76 años.