–- Gerardo Morales, que en el tema del Fondo tiene posiciones sensatas, también es el gobernador que tiene presa a Milagro Sala ¿Cómo se establece un diálogo con quien ha violado la justicia en Jujuy para mantener esta situación de injusticia?

–Morales tomó esta postura sobre el Fondo sin hablar conmigo. Eso es lo primero que hay que aclarar, porque sino pareciera que hubo una negociación que no existió. Es sabida mi posición sobre Milagro Sala. Es un tema preocupante por la forma en que los procesos se desarrollaron. Días atrás, en una causa que creo que era de espionaje, la Cámara Federal rápidamente se ocupó de quitar la figura de asociación ilícita. En los años de Macri se hizo un abuso de la figura de asociación ilícita. Es un delito muy grave, que alarga mucho las penas. Con el delito más grave que según la Justicia jujeña cometió Milagro Sala, que es administración fraudulenta, la pena máxima estaría en seis años ¿Por qué sigue presa? Porque le agregaron la asociación ilícita. En marzo van a ser dos años que la Corte Suprema tiene bajo su tratamiento el tema de Milagro Sala. Soy el presidente y quiero ser respetuoso de las instituciones. Pero que todavía Milagro Sala esté detenida significa que hay algo que está funcionando mal. Vengo planteando el caso de Milagro Sala como algo que merece atención y todas las veces que lo he visto al gobernador (Morales) se lo he dicho, con respeto y con el cuidado que merece el tema. 

–-Usted participó en el pedido de juicio político a la Corte con Néstor Kirchner. ¿Cómo evalúa esta Corte Suprema y por qué no se puede cambiar la cabeza del Poder Judicial, respetando las vías institucionales?

–Creo que en la Corte Suprema hay un problema de funcionamiento muy serio. Cuando en el año 2003 reconstruimos la Corte Suprema con Néstor, no buscamos jueces que fueran afines a nosotros.  La Argentina sintió que aquella Corte Suprema pasaba a tener otra calidad. Desde el momento en que el gobierno de Macri propuso nombrar en comisión a dos jueces de la Corte, empezó a degradarse la calidad. Y cuando uno mira el funcionamiento actual, el tema es muy preocupante. Porque la Corte solamente ha tenido velocidad para actuar… ¿En cuánto tiempo se expidió la corte para aceptar un per saltum sobre los jueces (Leopoldo) Bruglia y (Pablo) Bertuzzi? El funcionamiento de la Corte es definitivamente llamativo… y hablo de estas cosas porque las sentencias de la Corte, más allá de que hay que respetarlas y de eso no tengo ninguna duda, son actos públicos. Las leyes, los decretos y las sentencias son susceptibles del debate público. Por ejemplo lo que se ha dicho en el fallo del Consejo de la Magistratura es algo que jurídicamente es asombroso.

–-Se trata del fallo que le da legitimidad a una ley que fue derogada por el Congreso hace 16 años.

–Claro. Un alumno de primer año sabe que una ley que fue derogada no puede nunca recuperar su legitimidad por una sentencia, necesita otra ley que la vuelva a poner en vigencia. Puedo usar la palabra asombroso para ser generoso.

–-¿No es más un tema político que un tema de funcionamiento del Poder Judicial?

–Sí, seguramente, por eso existe esta percepción ciudadana de que la Corte Suprema y la Justicia no están funcionando. Cuando yo planteaba este tema dicen que buscaba la impunidad de Cristina. Todo lo que yo proponía no tenía nada que ver con Cristina. La Corte Suprema jamás trató una queja de las 13 o 14 quejas que Cristina presentó. Cuando la Justicia funciona mal, no es que funciona mal para un expresidente, una expresidenta, un ministro, un exministro. Funciona mal para los ciudadanos. El problema de la Justicia es muy agudo. El Estado tiene el servicio de salud, de educación, de seguridad y el servicio de Justicia. El servicio de justicia está funcionando muy mal, por lo menos en lo que concierne a los temas federales. Muy mal.

–Por eso le preguntaba sobre los procesos de juicio político ¿Eso hoy en día no es posible, no lo considera viable?

–La oposición parece tener en la Justicia un coto cerrado. Si cada vez que uno habla de la Justicia reaccionan de un modo increíble. Es conocido el episodio de Fabiola en la pandemia. Me denunciaron. Yo nunca cuestioné al juez que me tocó ni al fiscal que me tocó, y se lo pelearon entre tres o cuatro jueces. Fui a responder como un ciudadano. Ahora, el esfuerzo que hacen los funcionarios del gobierno anterior porque solo los juzguen en Comodoro Py es llamativo. Ahí uno entiende por qué hicieron la defensa que hicieron de Bruglia y Bertuzzi. La Corte dijo que van a durar en sus cargos hasta que un nuevo concurso los desplace. Bruglia ni se presentó al concurso, yo no sé qué hace de juez todavía. Y lo conozco hace mil años, porque estudió con mi hermana. ¿Qué hace? No lo entiendo. Bertuzzi se presentó y parece que no le fue muy bien, pero el concurso no sale porque los consejeros de la oposición lo traban. Acá hay gente que pasó años y años con prisión preventiva. Lo que nunca vi en mi vida es que a alguien lo detengan para que no venda sus bienes. Eso fue lo que hicieron con Cristóbal López y Fabian De Sousa.

–-¿Va a enviar al Congreso algún proyecto de ley para ampliar la Corte o para modificarla, además de los candidatos a los puestos vacantes?

–Tiempo al tiempo, estamos viendo…

–- ¿Le parece creíble, como dijo la exgobernadora Vidal, que la filmación de la AFI en la que se habló de la «Gestapo» fue en realidad una filmación ilegal de una reunión de trabajo institucional?

–Es todo muy preocupante…  Es como si yo mandara a un ministro mío, a un viceministro mío, a un intendente mío, a que se reúna con un grupo de empresarios y con agentes de servicios de inteligencia para organizar la manera en que van a inventar causas para meter preso a una persona. Si ella cree que eso es una acción institucional, yo me rindo. Eso es definitivamente un delito. Lo filmen o no es un delito. Hay alguien que dice en la reunión… ‘ustedes tendrían que hacer tal cosa’, le dice a los empresarios, ‘los testigos ya los tenemos y ya saben qué tienen que decir’. Eso es un delito acá y en cualquier lugar del mundo. Y ella dice que no estaba al tanto… entonces tuvimos una gobernadora que no sabemos qué hacía mientras tanto.. qué notable, realmente.

-–¿Lo sorprendió el video?

–Es muy impactante. Nadie puede no sentirse sorprendido. Es una enormidad, no puede pasar esto en una democracia. Aún cuando a veces nos parezca que la víctima de estas actitudes pueda llegar a merecérselo, hay que entender que uno también puede ser víctima de eso. Entonces nadie se lo merece.

–Usted va a viajar a China en la primera semana de febrero, asumió como presidente de la CELAC y algunos sectores están aterrorizados por estas vinculaciones, porque dicen que pueden malquistar la relación con los Estados Unidos.

–Desde siempre expresamos nuestra vocación de ser parte de un mundo multipolar, multilateral. Creemos que todos los países pueden vincularse entre sí y que cada país se vincula de acuerdo a sus necesidades e intereses. Es un honor presidir la CELAC porque es un organismo que une a todos los países de Latinoamérica y el Caribe en un momento muy difícil del continente. Están muy preocupados porque dicen que Cuba, Nicaragua y Venezuela son parte de la CELAC, también el Chile de Piñera, el Ecuador de Lasso, Colombia de Duque, el Uruguay de Lacalle.  Cuando la CELAC la presidió Piñera no dijeron nada y nadie se rasgó las vestiduras. Quien deja la presidencia de la CELAC es México que es socio de Estados Unidos y Canadá en el NAFTA.  Que yo viaje a China no quiere decir que rompa relaciones con Estados Unidos. No sé en qué cabeza cabe que el mundo funciona de ese modo. Estados Unidos es un país muy importante, una potencia con la que tenemos que tener buenas relaciones y tratar de que el vínculo sea respetuoso y que nos sirva a los dos: a Estados Unidos y a Argentina. Y exactamente lo mismo tengo que hacer con China, no se cuál es el problema.

–- ¿Con la vicepresidenta cómo están las relaciones?

–Me llamaba la atención que no me preguntaran…Bien, bien. Yo la quiero mucho a Cristina, realmente le tengo mucho cariño. Cuando yo digo ‘Cristina no piensa necesariamente igual que yo’, eso no es una descalificación, porque capaz que el que está equivocado soy yo. Sí tenemos un común denominador, eso es lo que nos une. Tenemos valores, ideas, que son lo que nos unen y no nos dividen. Estamos bien con Cristina, ahora está descansando un poco, hablé con ella el viernes o sábado, no me acuerdo, y estamos bien. Los problemas son más los que quieren generarnos que los problemas reales. Estamos los dos preocupados por ver cómo trabajar juntos en sacar adelante esto.