Tras un tuit optimista sobre un eventual rescate financiero, el secretario del Tesoro de Trump matizó sus declaraciones en la TV estadounidense: “No estamos poniendo dinero en Argentina”. Solo se activaría un swap de monedas.
La expectativa generada por el respaldo de Estados Unidos al gobierno de Javier Milei sufrió un duro revés este miércoles, luego de que el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, aclarara que la administración Trump no planea otorgar financiamiento directo a la Argentina.
“We are not putting money into Argentina”, sentenció Bessent en una entrevista con la cadena CNBC, en un intento por calmar las críticas internas que había generado su tuit anterior, en el que aseguró que estaban “preparados para hacer lo que sea necesario” para ayudar al gobierno libertario.
El propio funcionario detalló que lo que está en marcha es una línea de swap de monedas, y no un crédito ni una inyección de fondos frescos. La aclaración impactó de inmediato en los mercados: los bonos argentinos, que habían reaccionado con subas tras el primer mensaje, revirtieron la tendencia y comenzaron a caer.
Del entusiasmo al repliegue
El miércoles por la mañana, Bessent había publicado un mensaje en la red social X (ex Twitter), donde habló de una “llamada muy positiva” con el ministro de Economía Luis Caputo, y anunció que el equipo argentino viajaría a Washington en los próximos días para “avanzar significativamente” en la discusión de alternativas de apoyo financiero.
Pero pocas horas después, frente a las críticas por el eventual uso de fondos públicos para asistir a un aliado extranjero, Bessent aclaró que el respaldo no implicará el desembolso de dólares sino la activación de una línea de swap por un monto aún no confirmado.
“Para ser claros, les vamos a dar una línea de swap. No estamos poniendo dinero en Argentina”, subrayó en televisión.
La corrección no pasó desapercibida: los bonos soberanos argentinos, que habían subido cerca de un 2% por la expectativa de un salvataje internacional, cedieron terreno tras la desmentida.
“Evitar otro Estado fallido”
Ante el malestar que generó la promesa de respaldo financiero a Argentina dentro de la propia administración Trump, Bessent intentó justificar la decisión en términos geoestratégicos:
“Lo que estamos haciendo es mantener el interés estratégico de Estados Unidos en el hemisferio occidental. América Primero no significa América sola”, declaró.
Planteó que el objetivo es evitar que Argentina se convierta en un “nuevo estado fallido como Venezuela” y responsabilizó al expresidente Barack Obama por no haber apoyado a los gobiernos de derecha de la región. En cambio, dijo, con Milei hay una oportunidad:
“Argentina es un faro. Hay chances de que muchos países se sumen”.
Dudas sobre el alcance del apoyo
El entusiasmo inicial del oficialismo argentino chocó con la realidad más limitada del apoyo estadounidense. Días atrás, el propio Bessent había mencionado un paquete de opciones que incluía:
- Swap de monedas por USD 20.000 millones,
- Compra de bonos argentinos,
- Crédito stand-by a través de un fondo de estabilización.
Sin embargo, en su última declaración pública aclaró que solo el swap está sobre la mesa por ahora.
El propio Caputo respondió al tuit original del secretario norteamericano, con una frase que hoy suena más moderada tras la aclaración:
“Trabajando duro para terminar de concretar lo anunciado la semana pasada por el Secretario del Tesoro”, publicó en su cuenta oficial.
Elecciones y señales mixtas
El secretario del Tesoro también ligó el respaldo estadounidense al resultado de las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre, donde Milei espera consolidar su base parlamentaria. “Espero que a su partido le vaya bien”, afirmó Bessent, en lo que fue leído como un gesto político condicionado.
La ambigüedad en el mensaje oficial —con un tuit entusiasta seguido de una desmentida parcial en televisión— genera incertidumbre sobre la solidez del apoyo internacional al gobierno argentino, que busca oxígeno financiero en un contexto de estanflación, presión cambiaria y debilidad política.





