La Casa Rosada ordenó acelerar el debate durante las sesiones extraordinarias para llevar el proyecto al recinto antes de fin de año. El peronismo prepara una propuesta alternativa que califica a la iniciativa oficial como “regresiva”.
La Casa Rosada bajó una orden clara a sus legisladores: en el marco de las sesiones extraordinarias, que finalizan el 30 de diciembre, el oficialismo no solo pretende aprobar el Presupuesto 2026, sino también avanzar con la reforma laboral y lograr, al menos, su sanción en el Senado antes de fin de año.
Con los tiempos al límite, el Gobierno buscará dictaminar esta misma semana para poder llevar el proyecto al recinto en los últimos días de diciembre. El margen es estrecho: quedan poco menos de dos semanas para completar el trámite legislativo. En paralelo, el peronismo prepara su propia contraofensiva con un dictamen de minoría que propone una reforma laboral de signo opuesto a la impulsada por el presidente Javier Milei.
El texto alternativo no será presentado como proyecto de ley, ya que durante las sesiones extraordinarias el Congreso solo puede tratar iniciativas enviadas por el Poder Ejecutivo. Se tratará, en cambio, de un dictamen de minoría que será puesto a consideración en el trabajo de comisión.
La propuesta fue elaborada por el senador Mariano Recalde y la diputada Vanesa Siley, referentes de Fuerza Patria, y apunta no solo a rechazar la iniciativa del Gobierno, sino a instalar una agenda laboral alternativa. Entre los principales puntos figuran la reducción de la jornada laboral de ocho a siete horas, la promoción de paritarias sin límites, el derecho a la desconexión digital y una regulación específica del trabajo en plataformas.
El dictamen también plantea una ampliación de las licencias parentales, con el objetivo de equiparar los días de licencia para hombres y mujeres ante el nacimiento de un hijo, y propone que el salario mínimo, vital y móvil se mantenga siempre por encima del valor de la canasta básica.
En el oficialismo, el cronograma está claramente definido. El martes próximo la senadora de La Libertad Avanza Patricia Bullrich sería designada presidenta de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Senado. Entre el miércoles y el jueves, esa comisión y la de Presupuesto buscarían emitir dictamen para habilitar una sesión el 29 o 30 de diciembre, al filo del cierre del período extraordinario.
Mientras tanto, la CGT se prepara para una movilización prevista para el jueves en Plaza de Mayo y comenzó a intensificar las gestiones con gobernadores peronistas y de otros espacios políticos. El objetivo es contrapesar las negociaciones que el oficialismo mantiene con los mandatarios provinciales para garantizar el respaldo de los legisladores que les responden en el Congreso.
Cristian Jerónimo, uno de los cotitulares de la central obrera, calificó la reforma impulsada por el Gobierno como “regresiva” y advirtió que “les saca todo tipo de protección a los trabajadores y vulnera sus derechos individuales y colectivos”.
En esa línea, también cuestionó declaraciones recientes del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien afirmó que algunos cambios, como los vinculados a indemnizaciones, tendrían carácter retroactivo. “Sturzenegger tuvo un sincericidio. Nosotros veníamos advirtiendo que esto iba a pasar y ellos lo negaban. Cualquier ley aplica para todos”, sostuvo Jerónimo.
El ministro respondió este domingo, aunque sin referirse de manera directa a la reforma laboral. En declaraciones radiales, defendió el proceso de desregulación impulsado por el Gobierno y sostuvo que “la verdadera batalla no es normativa, sino cultural”.
“Ningún cambio estructural puede sostenerse en el tiempo sin una transformación en la forma de pensar de la sociedad”, afirmó Sturzenegger, quien agregó que “desregular no fue remover controles caprichosamente, sino sacarle el lastre a un país que había olvidado cómo correr”.
El funcionario también apuntó contra lo que definió como “la casta política, empresarial y sindical”, y concluyó: “La libertad incomoda. La autonomía genera vértigo cuando uno vivió años apoyado en un andamiaje artificial”.




