En las elecciones legislativas de medio término de 2025, La Libertad Avanza (LLA), el partido liderado por Javier Milei, logró un contundente triunfo a nivel nacional, obteniendo el 40,84% de los votos y asegurándose 16 de los principales distritos del país, incluida la estratégica provincia de Buenos Aires. Este resultado marca un paso firme para la administración libertaria, que ahora enfrentará sus próximos dos años con mayor margen para impulsar reformas en áreas clave como trabajo, jubilaciones y educación.
El peronismo, por su parte, alcanzó el 34,8% de los votos y logró mantener su núcleo duro de seguidores, pero no pudo consolidar un mensaje unificado que compitiera con la fuerte narrativa libertaria. El experimento político Provincias Unidas, que había intentado posicionarse como una alternativa moderada, sufrió un golpe severo al quedarse apenas con el 5,12% del total.
Estrategias y factores de la victoria
Analistas destacan que la estrategia de LLA se apoyó en transmitir la sensación de urgencia frente a una posible crisis económica, reforzada por la intervención de Estados Unidos y el respaldo financiero de Donald Trump y fondos internacionales. Esta percepción del “riesgo de debacle” habría movilizado al electorado, cerrando brechas que meses atrás habían mostrado caídas en la popularidad del gobierno.
La administración Milei también supo capitalizar la polarización política y la fragmentación de sus adversarios. El peronismo enfrentó divisiones internas y dificultades para consolidar un mensaje claro, mientras que Provincias Unidas no logró diferenciarse lo suficiente, quedando atrapada entre la narrativa del oficialismo y la del kirchnerismo.
Impacto regional y nacional
El resultado permitió al oficialismo revertir derrotas recientes en distritos claves y reforzar su presencia en el Congreso, lo que facilitará la implementación de sus reformas económicas y sociales. Sin embargo, la victoria no representa una consolidación total: la responsabilidad de cualquier medida polémica recaerá completamente sobre el gobierno libertario, sin la red de respaldo que ofrecía la administración anterior.
El gobernador Axel Kicillof, del peronismo, reconoció la derrota en Buenos Aires y alertó sobre la dependencia de Argentina de capitales extranjeros, recordando que los recursos nacionales podrían verse comprometidos por la presión de inversores internacionales. Mientras tanto, Milei celebró el triunfo y convocó a gobernadores afines al libre mercado para coordinar las iniciativas de su gobierno.
Perspectivas y desafíos
Aunque LLA obtuvo un resultado destacado, los números muestran también ciertos límites: comparado con elecciones de medio término anteriores, como las de 2017 bajo Mauricio Macri, la fuerza libertaria recibió aproximadamente 2 millones de votos menos y un porcentaje ligeramente inferior. Esto sugiere que, si bien la victoria es clara, la administración debe consolidar su base y gestionar cuidadosamente su relación con el Congreso y los actores económicos locales e internacionales.
La escena política argentina se presenta ahora más polarizada que nunca. La Libertad Avanza deberá equilibrar la promesa de reformas estructurales con la gobernabilidad efectiva, mientras que sus opositores buscan reorganizarse para recuperar terreno en los próximos comicios. Provincias Unidas, en tanto, enfrenta un desafío existencial: redefinir su propuesta política o desaparecer como actor relevante en la arena nacional.
