El nuevo Salario Mínimo Vital y Móvil subirá de 322.000 a 376.600 pesos en agosto de 2026, tras un incremento promedio de 5.400 pesos mensuales. El monto fijado representa apenas un tercio de la canasta básica total y no cubre la canasta de indigencia.
El gobierno nacional oficializó este miércoles el nuevo Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) mediante la Resolución 9/2025 de la Secretaría de Trabajo, después de que fracasaran las negociaciones entre gremios y empresas en el Consejo Nacional del Salario Mínimo.
El aumento, que había estado congelado desde diciembre de 2023, será escalonado durante diez meses y llevará el salario mínimo de 322.000 pesos a 376.600 pesos en agosto de 2026, es decir, un incremento total de 54.600 pesos en diez meses, aproximadamente 5.400 pesos por mes.
El ajuste coloca al SMVM muy por debajo del valor de la canasta básica total, calculada en 1.213.800 pesos, y por debajo de la canasta de indigencia, que asciende a 544.300 pesos.
El cronograma del aumento progresivo es el siguiente:
- Noviembre 2025: 328.400 pesos (1.642 pesos/hora)
- Diciembre 2025: 334.800 pesos (1.674 pesos/hora)
- Enero 2026: 341.000 pesos (1.705 pesos/hora)
- Febrero 2026: 346.800 pesos (1.734 pesos/hora)
- Marzo 2026: 352.400 pesos (1.762 pesos/hora)
- Abril 2026: 357.800 pesos (1.789 pesos/hora)
- Mayo 2026: 363.000 pesos (1.815 pesos/hora)
- Junio 2026: 367.800 pesos (1.839 pesos/hora)
- Julio 2026: 372.400 pesos (1.862 pesos/hora)
- Agosto 2026: 376.600 pesos (1.883 pesos/hora)
La resolución también establece que la Prestación por Desempleo será equivalente al 75% de la mejor remuneración mensual que haya recibido el trabajador en los seis meses previos al despido.
El incremento unilateral decidido por la administración de La Libertad Avanza (LLA) se considera insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores, y queda por debajo incluso del promedio del SMVM de la década de 1990.
El SMVM no solo determina el piso salarial, sino que también sirve como referencia para negociaciones futuras, prestaciones sociales, subsidios, cobertura de desempleo y mediciones estadísticas oficiales. Con este ajuste, los trabajadores formales continuarán enfrentando un poder adquisitivo muy limitado frente a la inflación y los costos de la canasta básica.




