El astro lideró la victoria 3-0 sobre Venezuela con dos goles y una actuación memorable
Lionel Messi empezó a transitar la recta final de su extraordinaria carrera en la Selección Argentina. Llegó la noche que nadie —ni siquiera él— pensó que alguna vez llegaría: su último partido oficial en el país con la camiseta celeste y blanca. Y, fiel a su historia, lo despidió con una función inolvidable.
En la penúltima fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, la Argentina derrotó 3 a 0 a Venezuela en un estadio Monumental colmado de emoción. Messi anotó dos goles y participó en el tercero. Fue, una vez más, el faro de un equipo que volvió a enamorar.
Goles, magia y emoción
El primero de los goles llegó a los 38 minutos del primer tiempo, tras una jugada colectiva brillante: Leandro Paredes filtró un pase para Julián Álvarez, quien controló, enganchó y dejó servido el gol para que Messi la picara sobre el arquero Romo y el cruce de tres defensores.
En el segundo tiempo, a los 30 minutos, Messi habilitó a Nicolás González, quien envió un centro desde la izquierda para que Lautaro Martínez, en la primera pelota que tocó, marque el 2-0 de cabeza. Solo cuatro minutos después, Thiago Almada asistió a Messi, que definió con un pase sutil a la red y selló la goleada.
Una noche que quedará en la memoria
Desde que salió a hacer los movimientos precompetitivos, Messi fue claramente dominado por la emoción. Ingresó al campo acompañado por sus tres hijos y no hizo esfuerzo por ocultar lo que sentía. La mente, seguramente, viajó por los 20 años de historia con la Selección, desde su debut ante Perú en 2005, también en el Monumental.
Aunque no se trató de una despedida definitiva —todo indica que jugará el Mundial 2026, lo que lo convertiría en el primer futbolista de la historia en disputar seis Copas del Mundo—, la noche tuvo sabor a cierre, a homenaje vivo. Y Messi respondió como siempre: con talento, compromiso y goles.
Presente y futuro en la cancha
Más allá del protagonismo de Messi, la Selección brilló en lo colectivo. Presionó alto, recuperó rápido, movió la pelota con criterio y precisión, y generó numerosas ocasiones de gol. El arquero venezolano Rafael Romo evitó una goleada más amplia, con al menos seis intervenciones claras.
Además, fue una noche importante para el futuro del equipo: Franco Mastantuono, con solo 17 años, jugó como titular por primera vez. Al joven de River no le pesó el contexto ni la camiseta. Se mostró activo, encarador y se entendió bien con Messi y Almada. Jugó poco más de una hora, y aprobó el examen.
Una despedida a la altura
La superioridad argentina fue total. El 3 a 0 final podría haber sido aún más abultado, pero no hizo falta. Lo importante fue la manera en que se logró: con fútbol, clase y emoción. Fue el marco ideal para la despedida de Messi en casa.
Un adiós (o quizás un hasta luego) a la altura del más grande.
