Los reportes de brigadistas advierten sobre focos que comienzan expandirse por el sur de Misiones

Decenas de lenguas de fuego, algunas de más de un kilómetro de frente, se esparcen sobre el norte de la provincia de Corrientes consumiendo los humedales de la zona de los Esteros del Iberá afectados por la sequía y la bajante histórica del río Paraná, mientras imágenes satelitales y reportes de brigadistas advierten sobre focos que comienzan a afectar el sur de Misiones.

En tanto, organismos nacionales, empresas públicas y equipos especializados de media docena de provincias luchan en conjunto para que las llamas no destruyan viviendas, forestaciones y ganado.

De acuerdo a las estimaciones del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SMNF), los incendios de la última semana ya consumieron más de medio millón de hectáreas en el norte de Corrientes, mientras que las imágenes satelitales y los reportes que los brigadistas entregan al final de cada jornada advierten sobre focos que ya comienzan a afectar el sur de la provincia de Misiones.

Los incendios se multiplican en la zona de los Esteros del Iberá sobre pastizales destinados a la alimentación del ganado y forestaciones de coníferas dedicadas a la producción de resina muy inflamable, lo que hace que sean visibles desde varios kilómetros numerosos focos desarrollándose en simultáneo, produciendo extensos bancos de humo que en algunas áreas limitan la visibilidad hasta del propio sol.

Sobre la Ruta Nacional 12 el humo se ve a la altura de la localidad de Ituzaingó, donde los troncos ennegrecidos de lo que fueron forestaciones que requirieron hasta 11 años de desarrollo para ser productivas comparten el paisaje con vacas y bueyes que huyendo de las llamas cruzan los alambrados quemados y vagan cerca de las banquinas en busca de agua.

El fuego también afectó chacras, viviendas y emprendimientos agropecuarios en distintos pueblos al oeste, norte y este del Parque Nacional Iberá, cuyos portales fueron cerrados de manera preventiva.

El cerebro y el corazón del dispositivo de lucha contra el fuego está en el centro de comando y base operativa que los Ministerios de Ambiente y Defensa montaron en la Escuela de la Familia Agrícola «Ñanderoga», ubicada sobre la ruta 118 entre las localidades de San Miguel y Loreto, donde también fueron alojados equipos de brigadistas provenientes de Córdoba, Jujuy, Mendoza y Santiago del Estero, entre otras provincias.

En ese lugar también operan un helicóptero de la Fuerza Aérea, uno del Ejército y otro de la Policía Federal que realizan vuelos de reconocimiento para identificar incendios registrados a través de imágenes satelitales y también despliegan equipos de brigadistas cuando el fuego se desarrolla en sitios de difícil acceso.

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