El doble femicidio, Varones Unidos y la “batalla cultural” de las denuncias falsas
El crimen que expuso a una red antifeminista
“Varones Unidos es una organización de derechos humanos para los hombres”, decía Pablo Laurta el 10 de abril de 2018 en la Legislatura de Montevideo, durante la presentación del libro El libro negro de la nueva izquierda, de Agustín Laje y Nicolás Márquez.
Siete años después, ese mismo Laurta —fundador del colectivo antifeminista uruguayo— fue detenido en Gualeguaychú acusado de haber asesinado a Luna Giardina y Mariel Zamudio, madre e hija, en las sierras de Córdoba.
La captura, registrada por cámaras del hotel Berlín, mostró una escena devastadora: el hijo de 5 años de una de las víctimas presenció el operativo policial.
Laje se desliga, pero las ideas lo conectan
“No tengo ningún tipo de relación con esta persona”, escribió Agustín Laje en X (ex Twitter), intentando despegarse del detenido.
“Condeno toda forma de violencia contra la mujer y deseo que haya justicia plena”, añadió el ideólogo libertario, luego de que circularan fotos y videos de 2018 en los que agradecía públicamente a Laurta y a Varones Unidos.
Sin embargo, la vinculación no se limita a las imágenes.
Laje y Márquez fueron referentes tempranos de la misma “batalla cultural” antifeminista que promovía Laurta: un discurso que invita a los varones a sentirse víctimas y superiores a las mujeres, y que ahora muestra consecuencias mortales.
La red que impulsó el discurso de odio
En 2018, cuando Laje y Márquez aún no tenían el nivel de exposición actual, ya contaban con una red internacional de apoyo político. Según la abogada de derechos humanos Alicia Deus, parte del aparato estatal uruguayo facilitó su llegada al Parlamento:
“Se les permitió llevar adelante un discurso de odio en una institución pública, con la excusa de la libertad de expresión. Ese mensaje se multiplicó en redes y tiene consecuencias terribles, como la que vemos hoy”, señaló Deus.
El evento fue gestionado por el diputado nacionalista Rodrigo Goñi, quien —según informó El País— fue el encargado de abrir las puertas del Palacio Legislativo a los oradores, aunque luego se ausentó del acto.
“Varones Unidos” y la defensa del femicida Morosini
El grupo Varones Unidos ya había sido noticia en septiembre, tras el doble filicidio en Mercedes, Uruguay, cuando Andrés Morosini asesinó a sus dos hijos, Alfonsina (2) y Francisco (6), luego de secuestrarlos.
Antes de conocerse el crimen, el colectivo publicó en sus redes:
“Nuestra posición con respecto al caso Morosini es que está en todo su derecho de llevarse a sus hijos y a su mujer donde le venga la gana. Ese es el significado de la patria potestad.”
El mensaje fue eliminado cuando se descubrió el asesinato.
Tras la detención de Laurta, la cuenta oficial de Varones Unidos también fue dada de baja.
De la “denuncia falsa” a la tragedia
Luna Giardina había denunciado a Laurta el 17 de octubre de 2023 por violencia de género.
Un año después, la Justicia de Córdoba le había otorgado una perimetral y un botón antipánico.
En la página de Varones Unidos, su denuncia aparecía bajo el rótulo de “denuncia falsa”.
El caso expone cómo la retórica del “falso feminismo” y las “denuncias inventadas” puede operar como una forma de legitimación social de la violencia machista.
Las leyes impulsadas por el lobby antifeminista
Varones Unidos participó en la redacción de la Ley de Corresponsabilidad en la Crianza, aprobada bajo la gestión de Luis Lacalle Pou.
La norma modificó el Código de la Niñez y la Adolescencia con el argumento de que la violencia contra la mujer no constituye violencia directa contra los hijos.
Esto permite la revinculación de niños y niñas con padres procesados por violencia o abuso, lo que despertó el rechazo de organizaciones feministas y de derechos humanos.
El mito de las denuncias falsas
En 2024, la Universidad CLAEH (UCLAEH) publicó un informe exhaustivo titulado “Denuncias falsas de Violencia Basada en Género en Uruguay”.
El estudio analizó 89 expedientes judiciales y 23 sentencias entre 2021 y 2023, y concluyó que los casos de denuncias falsas son insignificantes en proporción al total de denuncias por violencia de género.
“La narrativa de la denuncia falsa se utiliza para desacreditar a las víctimas y debilitar las políticas de protección”, advierte el informe.





