Hay un proyecto de la secretaría penal para dejar firme la pena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Pero todo indicaría que no habrá una resolución esta misma semana.
Según informan desde distintos rincones del tribunal, que hay un proyecto de la secretaría penal que sugiere que se deje firme la pena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos sin tratar las irregularidades de la causa y que, por lo tanto, se empuje la detención de CFK de inmediato. El paso siguiente sería que el presidente supremo, Horacio Rosatti, comparta una propuesta de sentencia con sus colegas y que voten. Pero todo indicaría que no habrá una resolución esta misma semana.
Desde despachos cortesanos prácticamente descartan que la sentencia se precipite en las próximas horas. Por lo pronto, Carlos Rosenkrantz tiene previsto un viaje y pidió licencia jueves y viernes. Había especulaciones sobre una supuesta reunión de los supremos para la tarde del lunes, pero el único que apenas asomó la cabeza fue Ricardo Lorenzetti. El propio tribunal informó, con foto y todo, que Rosatti había estado en una reunión con funcionarios judiciales por la implementación sistema acusatorio que impulsa el Gobierno (como quien dice que estaba en otra frecuencia). El acuerdo formal, que dejó de ser un espacio de deliberación y es una instancia donde se firma y punto, está previsto para este martes.
La fractura interna que hay desde hace rato en la Corte (Lorenzetti versus Rosatti y Rosenkantz) también tiene su partido en juego. Nada concreto indica, aunque haya comunicadores que digan lo contrario, que los tres supremos ya estén de acuerdo en cómo resolver esta causa que, al poner en juego la posible proscripción de CFK y ser el resultado de un proceso judicial plagado de anomalías desde sus inicios, no es cualquier expediente.
Desde que el lunes de la semana pasada CFK anunció su candidatura a legisladora en la provincia de Buenos Aires en la tercera sección electoral se desató una presión salvaje sobre la Corte. Ciertos medios hasta le pusieron fecha: piden que se confirme la condena antes del 19 de julio, cuando vence el plazo para presentar esas candidaturas. En el cuarto piso de Tribunales –donde está la Corte– hay quienes admiten que no estaban estudiando el tema a fondo hasta que empezó esta ofensiva que busca directamente impedir que la expresidenta se postule y apuesta a que sea detenida.
Un rumor que recorrió la tarde de este lunes es que Lorenzetti, en su postura intransigente de querer dictar sentencia lo antes posible (algo que hizo público y que motivó su recusación luego auto-rechazada), intenta estrategias para apurar a Rosenkrantz, el más reticente a esta urgencia y el único que en la reciente confirmación de la condena al empresario Lázaro Báez, sostuvo que quería analizar si se había aplicado la ley penal más benigna. De todos modos, estos dos jueces no se hablan. Lo hacen, cada uno por su lado, con Rosatti. Es este último quien en realidad tiene el poder de decir cuándo se somete un asunto a votación, algo que Lorenzetti busca remarcar para que pese a todas sus insistencias sea el presidente cortesano quien cargue con la cruz de semejante decisión.
Por más que tenga algún canal de diálogo abierto, Lorenzetti está enfrentado con Rosatti desde que participó de su desplazamiento de la presidencia cortesana en 2018 y, más aún, desde que se quedó con un autovoto con ese cargo, a través del cual también preside el Consejo de la Magistratura.
Desde la Corte confirmaron a Página/12 que por lo menos dos de los cortesanos recibieron la propuesta formulada por el secretario penal, Diego Seitun, que sería aplicar el artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial y rechazar sin dar explicaciones el recurso de queja de CFK, del resto de las defensas y de la fiscalía (ésta pidió elevar la pena a 12 años, con la figura de asociación ilícita). La histeria en relación a cada gesto que hace el tribunal es tan grande que esto, que habitualmente es parte del trámite habitual y burocrático de una causa, se intentó instalar como una noticia. «Es un simple insumo intelectual interno, no quiere decir nada», acotó desde el Palacio de Justicia un viejo conocedor de cómo es la cocina de una sentencia.
Un dato curioso, y que muestra el estado de cosas, es que en el sistema digital de consulta de causas, figura que al comenzar esta semana (lunes 9 de junio) todavía el expediente estaba en la secretaría penal. Desde la propia Corte se agitaba el dato de la mera existencia del proyecto de la secretaría penal para satisfacer las ansias de que se vean movimientos.