La Conmebol canceló oficialmente el encuentro de Copa Sudamericana y responsabilizó a Independiente por la falta de seguridad. Al menos 10 heridos, 90 detenidos y fuertes críticas desde Chile.
Lo que debía ser una fiesta futbolística terminó en escándalo. El partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y la Universidad de Chile, disputado en el estadio Libertadores de América, fue suspendido por graves incidentes en las tribunas que dejaron al menos 10 personas heridas y 90 detenidos.
El encuentro fue interrumpido a los 48 minutos con el marcador 1-1, tras una violenta batalla campal entre simpatizantes de ambos equipos que derivó en el ingreso de hinchas al campo de juego, destrozos y enfrentamientos masivos. La Conmebol oficializó la cancelación del partido pocas horas después, responsabilizando al club argentino por la falta de garantías de seguridad.
Caos en las tribunas
Los disturbios comenzaron cuando hinchas de la U. de Chile, ubicados en la tribuna Pavoni Alta, comenzaron a lanzar objetos hacia la Pavoni Baja, donde se encontraban simpatizantes de Independiente. Muchos hinchas locales intentaron protegerse bajo los techos, mientras otros invadieron el campo para escapar del conflicto.
Pese a los pedidos por altoparlante para que se desalojara la tribuna visitante, la situación se desbordó. La Policía brilló por su ausencia en el momento más crítico, lo que permitió que la barra brava del Rojo respondiera con violencia, generando una escalada aún mayor. Se registraron robos, golpizas y escenas de pánico, e incluso dos hinchas chilenos saltaron desde lo alto de la tribuna para escapar.
Conmebol suspendió el partido y analiza sanciones
La Conmebol fue tajante: el partido queda cancelado y el caso fue elevado al Tribunal de Disciplina del organismo, que ahora deberá definir qué ocurrirá con la serie y si habrá sanciones para ambos clubes.
“El partido fue suspendido por falta de garantías de seguridad”, informó oficialmente la Confederación Sudamericana, apuntando directamente a Independiente como responsable del operativo fallido.
Reacciones cruzadas y críticas del presidente chileno
El presidente de Independiente, Néstor Grindetti, repudió el comportamiento de la parcialidad chilena y aseguró que “destrozaron los baños”, pero evitó referirse a la pasividad policial o a la reacción de la barra local.
Desde Chile, el presidente de la U, Michael Clark, declaró que “el fútbol pasa a segundo plano” ante semejante nivel de violencia.
Más contundente fue el presidente de Chile, Gabriel Boric, quien se manifestó en redes sociales calificando lo ocurrido como “una vergüenza”. Apuntó contra la violencia de las barras y la “irresponsabilidad evidente en la organización del evento”. Además, ordenó al embajador chileno en Buenos Aires asistir personalmente a los heridos.





