Para la SIDE siempre hay plata: los jubilados, deberán esperar
El gobierno de Javier Milei volvió a ampliar por decreto el presupuesto de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) y añadió $26 mil millones adicionales, en lo que constituye la cuarta ampliación del año. Con esta actualización, el área vuelve a superar la barrera de los $100 mil millones anuales, confirmando que se mantiene como una de las pocas estructuras estatales beneficiadas durante la administración libertaria.
El incremento contrasta con la decisión oficial tomada el mismo día: mediante otro decreto, el Gobierno mantuvo congelado en $70.000 el bono para los jubilados que cobran la mínima, inmóvil desde marzo de 2024.
Jubilaciones: el congelamiento y su impacto
El director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, señaló que si el bono previsional se hubiese actualizado al mismo ritmo que los fondos de inteligencia, “en diciembre debería ser de $177.485”. En ese cálculo, los jubilados que perciben la mínima “pierden $107.485 por mes”.
El Gobierno tampoco dio señales de avanzar con la reforma previsional prometida. Así, el haber mínimo garantizado será en diciembre de $410.886, apenas un 1,94% más que en noviembre y muy por debajo de la línea de indigencia, que en octubre alcanzó los $544.304 según el INDEC.
Según Letcher, en el trimestre octubre-diciembre de 2025 las jubilaciones con bono —que recibe más del 60% de los beneficiarios— serán 16,5% inferiores al nivel del último trimestre del gobierno anterior.
Inteligencia: aumentos por encima de la inflación
Mientras los ingresos de los jubilados continúan deteriorándose, la SIDE fue nuevamente exceptuada de los recortes. La nueva ampliación eleva su presupuesto total 2025 a $106 mil millones, y se suma a los incrementos otorgados por la vía del DNU.
Además, según estudios del CEPA, la Secretaría de Inteligencia figura entre las pocas áreas preservadas de la “motosierra”. El proyecto de Presupuesto 2026 prevé para el organismo un aumento nominal del 20,1%, superando la inflación oficial proyectada del 10,1%. El monto total estimado asciende a $97 mil millones, aunque no se descartan nuevas ampliaciones durante el año.
La distribución interna prevista es la siguiente:
- $56 mil millones en gastos de personal
- $2.637 millones en bienes de consumo
- $28.592 millones en servicios no personales
- $9.719 millones en bienes de uso
Antecedentes: el escándalo por los fondos reservados
El organismo dirigido formalmente por Sergio Neiffert, pero bajo la influencia política de Santiago Caputo, estuvo en el centro de la polémica en 2024, cuando Milei asignó por decreto $100 mil millones adicionales para gastos reservados, de los cuales se ejecutó más de la mitad rápidamente. Esa decisión elevó el presupuesto anual a unos $136 mil millones, un salto del 778%, y llevó la proporción de fondos reservados del 8,6% al 75% del total.
El Congreso rechazó por primera vez ese DNU, obligando a la devolución de los fondos mediante otro decreto (656/2024). Para 2025, el Gobierno confía en que, con la nueva composición parlamentaria, no volverán a encontrarse con ese obstáculo.
La Secretaría General de Presidencia también crece
Otra dependencia beneficiada es la Secretaría General de Presidencia, a cargo de Karina Milei. Su presupuesto actual, de $65 mil millones, ya había sido reforzado un 46,3% hasta septiembre, muy por encima de la inflación acumulada del 19,5%.
Para 2026 recibirá $51 mil millones adicionales, llevando su presupuesto total a $116 mil millones, un aumento nominal del 78,6% (o 68,5% real, descontada la inflación).
La estructura del gasto proyectado es:
- $29 mil millones en personal
- $22 mil millones en servicios no personales
- $4.700 millones en bienes de uso
- $16 mil millones en transferencias
- $34 mil millones en gastos figurativos





