La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, junto a su sucesora Alejandra Monteoliva, presentarán la reestructuración del organismo encargado de las fronteras y del control migratorio, con un enfoque basado en la “mano dura” y la cooperación con agencias de Estados Unidos.
El Gobierno nacional anunció la creación de la nueva Agencia Nacional de Migraciones, dependiente del Ministerio de Seguridad, un movimiento que consolida el control migratorio bajo la órbita de Patricia Bullrich. La iniciativa apunta a replicar la estrategia del US Border Patrol estadounidense, tal como lo hizo previamente con la creación del Departamento Federal de Investigaciones (DFI), que buscaba emular al FBI.
La medida surge luego de que la Ley de Ministerios, firmada por Javier Milei, traspasara formalmente la autoridad de la política migratoria desde el Ministerio del Interior al Ministerio de Seguridad. Aunque en un principio también se incluyó al Registro Nacional de las Personas (RENAPER), esta dependencia volvió a manos del Interior tras una corrección administrativa.
Según fuentes oficiales, la nueva agencia contará con una “policía migratoria”, integrada por efectivos de la Prefectura Naval, Gendarmería Nacional, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal, que recibirán capacitación específica para controlar fronteras y aeropuertos, combatir el ingreso de personas indocumentadas y prevenir delitos como el contrabando. Esta unidad reemplazará a la Gendarmería en algunas funciones y trabajará en coordinación con otras fuerzas federales.
La presentación oficial, que se realizará este martes, incluirá detalles sobre las funciones, capacidades operativas y el proceso de integración de la agencia al Ministerio de Seguridad Nacional, además de los avances en modernización, fiscalización y coordinación interagencial.
El impulso de la medida se da en línea con la influencia de funcionarios estadounidenses. En julio de este año, Bullrich recibió en la Casa Rosada a Kristi Noem, secretaria de Seguridad de Estados Unidos durante el gobierno de Trump, conocida por su política de “mano dura” contra migrantes indocumentados. Durante la visita, Noem destacó la alianza estratégica entre Argentina y Estados Unidos en materia de seguridad fronteriza.
En octubre, además, se firmó un acuerdo de cooperación que involucró a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y al FBI, formalizando el intercambio de información y coordinación en operaciones de seguridad relacionadas con migración y crimen transnacional.
Para analistas locales, estas medidas representan una profunda militarización y centralización del control migratorio, y una clara intención de replicar modelos extranjeros, con un fuerte componente político. La combinación de agencias federales bajo la órbita del ministerio de Seguridad y la cooperación con organismos estadounidenses apunta a una estrategia de control más rígida y coordinada, que algunos sectores consideran un cambio de paradigma en la política migratoria argentina.





