El economista y senador Rodrigo Paz Pereira, de 58 años, se convirtió en el nuevo presidente electo de Bolivia tras imponerse en el balotaje a Jorge “Tuto” Quiroga con el 54,6% de los votos. En su primer discurso tras la victoria, prometió “abrir Bolivia al mundo” y convocó a la unidad nacional para “construir una nueva dimensión del país basada en el diálogo y el esfuerzo compartido”.
“Mi gobierno tendrá las manos extendidas hacia dentro y hacia fuera”
Desde la ciudad de La Paz, Paz Pereira se dirigió a una multitud de simpatizantes y llamó a la cooperación de todos los sectores políticos:
“Le pido a cada uno de los representantes, hombres y mujeres que están en la Asamblea Legislativa, indistintamente de su organización política: sumémonos, seamos parte, trabajemos juntos para transformar la Patria”.
El mandatario electo, de tendencia liberal moderada, asumirá el cargo el próximo 8 de noviembre junto a su compañero de fórmula, Edmand “El Capitán” Lara.
Un giro hacia la apertura internacional
En su mensaje, Paz agradeció el respaldo expresado por el vicesecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, y destacó la intención de su futuro gobierno de “retomar un rol geopolítico y geoeconómico que Bolivia perdió en las últimas dos décadas”.
“Mi gobierno tendrá las manos extendidas hacia dentro y hacia fuera”, afirmó, en clara referencia a su política exterior de acercamiento a los Estados Unidos y a los países vecinos de la región.
Trayectoria y raíces políticas
Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989–1993), Rodrigo Paz nació en España, país del que también posee la nacionalidad. Su infancia transcurrió entre Argentina, Chile, Perú, Venezuela y Panamá, acompañando a su familia durante los años de persecución política de las dictaduras del Cono Sur.
Durante la campaña recordó:
“En la lucha de mis padres por la democracia, vivimos en diez países diferentes. Aprendí desde niño que Bolivia siempre puede volver a empezar”.
Exdiputado, exalcalde y actual senador por Tarija —región rica en gas y petróleo—, Paz representa una generación política con fuerte impronta familiar: su tío Néstor Paz fue guerrillero y murió tras un combate en los años 70, mientras que su tío abuelo Víctor Paz Estenssoro fue cuatro veces presidente y uno de los impulsores del voto universal y la reforma agraria.
Un país expectante ante una nueva etapa
Con un mensaje centrado en la reconciliación y la reconstrucción económica, el presidente electo enfrenta el desafío de recomponer la relación entre el Estado y los sectores sociales, en un contexto de tensiones políticas y dificultades económicas.
“La nueva dimensión de Bolivia se construirá con unidad, diálogo y esfuerzo compartido”, reiteró Paz, prometiendo un mandato que combine apertura internacional, estabilidad macroeconómica y concertación política interna.





