El expresidente francés, involucrado en la financiación ilegal de su campaña de 2007, se convertirá en el primer jefe de Estado de Francia en ir a la cárcel. Asegura ser inocente, pero ya acumula tres condenas.
En un fallo sin precedentes en la historia contemporánea de Francia, la justicia condenó al expresidente Nicolás Sarkozy a cinco años de prisión efectiva por su rol en la presunta financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007, que habría sido financiada con fondos provenientes del régimen libio de Muamar Gadafi.
“Si quieren que duerma en prisión, dormiré en prisión con la cabeza alta. Soy inocente”, declaró Sarkozy tras conocer el fallo.
Con esta sentencia, Sarkozy se convierte en el primer expresidente francés en ser enviado a prisión, tras décadas de acusaciones, investigaciones y maniobras legales que le habían permitido hasta ahora evitar la cárcel.
Tres condenas, una caída política
La condena por asociación ilícita y financiación extranjera de campaña se suma a dos sentencias anteriores: una por corrupción y tráfico de influencias, y otra por financiación ilegal de su campaña electoral de 2012.
Estas causas le costaron al exmandatario la pérdida de la Legión de Honor, la máxima distinción que otorga la República Francesa.
De promesa política a símbolo de excesos
Sarkozy, de 70 años, saltó a la fama en 2007 cuando fue electo presidente con un discurso de mano dura contra los delincuentes, migrantes e islamistas, mientras se mostraba como el «presidente de los ricos», aficionado al lujo y al estilo «bling bling».
Durante su mandato, se divorció de su segunda esposa y en 2008 contrajo matrimonio con la modelo y cantante Carla Bruni, con quien tuvo una hija. Con sus dos anteriores parejas tuvo otros tres hijos.
Una carrera meteórica, un final estrepitoso
- Fue alcalde de Neuilly-sur-Seine a los 28 años.
- Llegó al Parlamento a los 34 y fue ministro del Interior y de Economía antes de llegar al Elíseo.
- En 2012 fue derrotado por el socialista François Hollande.
- En 2016 fracasó en las primarias de su partido conservador, lo que marcó su retiro formal de la política activa.
Pese a ello, siguió siendo una figura influyente en la política francesa, reuniéndose con líderes como Emmanuel Macron y el ultraderechista Jordan Bardella.
«Francés de sangre mezclada» y figura polarizante
Hijo de un inmigrante húngaro y criado por su madre y abuelo griego, Sarkozy siempre se presentó como un outsider frente a la elite francesa. No estudió en las grandes escuelas como la mayoría de los políticos franceses, pero hizo carrera a base de ambición y astucia.
El expresidente Jacques Chirac, quien fue su mentor, lo describió una vez como “un ambicioso que no duda de nada, sobre todo de sí mismo”.
🔍 ¿Qué viene ahora?
Sarkozy puede apelar la sentencia, aunque las posibilidades de revertirla parecen limitadas. De ratificarse la condena, deberá cumplir su pena en prisión, algo inédito en Francia para un ex jefe de Estado.





