El presidente argentino viajó a Washington con las reservas al límite y la deuda en aumento, en busca de respaldo financiero y político. El gesto de Donald Trump fue un posteo de redes sociales, mientras el Tesoro de EE.UU. promete apoyo condicionado.
En un momento de alta vulnerabilidad económica, con las reservas del Banco Central casi agotadas y la presión sobre el tipo de cambio en su punto más crítico, Javier Milei viajó a Nueva York con un objetivo claro y urgente: conseguir dólares que permitan sostener la economía argentina hasta las elecciones de octubre.
La situación no es sencilla. En apenas tres días, el Banco Central debió vender más de USD 1.100 millones para contener la corrida cambiaria, y las señales internas de confianza se derrumbaron tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires y las crecientes denuncias de corrupción que afectan al círculo más cercano del presidente.
El respaldo de Trump, ¿sólo un posteo?
Después de varios intentos, Milei logró finalmente una breve reunión con Donald Trump, quien le entregó un posteo impreso en el que destacaba la gestión del argentino y aseguraba:
“No los va a defraudar”.
El mensaje, difundido por la Oficina del Presidente y exhibido por Milei en redes sociales, fue recibido con entusiasmo oficial, con celebraciones y elogios de figuras como Patricia Bullrich y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, quien confesó:
“No se imaginan lo emocionante que fue la reunión”.
Sin embargo, más allá de las fotos y los mensajes, la ayuda financiera concreta todavía depende de las decisiones del Tesoro estadounidense y otros organismos internacionales.
Banco Mundial acelera préstamo condicionado
En paralelo, Caputo anunció que el Banco Mundial acelerará un paquete de USD 4.000 millones destinados a sectores estratégicos como minería, energía, turismo y pymes, como parte de un compromiso mayor de USD 12.000 millones. Aunque el desembolso representa un alivio financiero, el organismo advierte que estas operaciones deben pasar por la aprobación de su Junta Directiva.
El apoyo internacional, marcado por un fuerte condicionamiento, implica también una agenda de flexibilización regulatoria, desregulación laboral y promoción de inversiones extractivas, una línea que despierta críticas sobre el verdadero beneficio para el desarrollo nacional.
¿Un “milagro libertario” en jaque?
A casi dos años de gobierno, el relato oficial del “milagro libertario” empieza a mostrar fisuras. Si bien la inflación muestra signos de desaceleración, esto se logró a costa de un duro freno en la actividad económica, un peso sobrevaluado y la incapacidad del Banco Central para acumular reservas.
Las señales políticas tampoco son alentadoras: la derrota electoral reciente y las denuncias de corrupción afectan la legitimidad del Ejecutivo.
El respaldo financiero prometido por EE.UU. puede dar un respiro momentáneo, pero también profundiza la dependencia externa y condiciona el rumbo económico del país. El desafío será, entonces, ver si este nuevo pacto puede ser una base sólida para el crecimiento o si sólo prolongará la crisis.
