Más de 500 mil personas están en situación de emergencia alimentaria. Israel niega los informes y habla de una “campaña fraudulenta” de Hamas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró oficialmente este viernes la existencia de una hambruna en la Franja de Gaza, advirtiendo que más de 500.000 personas se enfrentan a una situación de inseguridad alimentaria “catastrófica”. Se trata de la primera vez en la historia reciente que un organismo internacional reconoce este nivel de crisis humanitaria en el enclave palestino.
El responsable de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, responsabilizó directamente a Israel por bloquear el ingreso de ayuda:
“Esta hambruna nos atormentará a todos. Podríamos haberla evitado si se nos hubiera permitido actuar. Pero los alimentos se acumulan en las fronteras debido a la obstrucción sistemática de Israel”, aseguró desde Ginebra.
Un escenario de máxima emergencia
La Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria (IPC), organismo técnico con sede en Roma y que evalúa el hambre a nivel global, indicó que Ciudad de Gaza ya atraviesa una hambruna, y que otras regiones como Deir al Balah y Jan Yunis podrían alcanzarla antes de fin de septiembre.
Los datos fueron recabados hasta el 15 de agosto y muestran que más de 500.000 personas ya están en nivel 5 de emergencia alimentaria, el más alto. Se estima que la cifra llegará a 641.000 personas en pocas semanas si no hay un cambio radical en el acceso a la ayuda humanitaria.
Según la metodología de la IPC, se declara hambruna cuando se cumplen tres criterios:
- Al menos 20% de los hogares enfrentan una escasez extrema de alimentos.
- Al menos 30% de los niños menores de 5 años sufren desnutrición aguda.
- Al menos 2 de cada 10.000 personas mueren de hambre cada día.
Bloqueo y conflicto: el origen de la crisis
La situación es consecuencia directa del bloqueo israelí sobre Gaza y la escalada militar que lleva meses devastando la región. Desde marzo de 2025, Israel prohibió completamente la entrada de ayuda humanitaria. A fines de mayo permitió cantidades mínimas, lo que provocó una crisis de alimentos, medicinas y combustible.
Las operaciones militares y el cierre de pasos fronterizos como Kerem Shalom y Rafah han dejado a la población civil sin acceso sostenido a insumos básicos. Organizaciones humanitarias denuncian que incluso los convoyes aprobados sufren demoras, inspecciones extensivas o son atacados en ruta.
La respuesta de Israel: niega la hambruna y acusa a Hamas
El gobierno israelí rechazó con dureza el informe de la ONU. El Ministerio de Relaciones Exteriores calificó la declaración como parte de una “campaña fraudulenta” de Hamas y afirmó que el informe fue “fabricado a medida” para dañar la imagen de Israel.
“La CIF acaba de publicar un informe fabricado y ‘a medida’ para la campaña de Hamas”, indicó un comunicado oficial. “Todo el documento se basa en mentiras blanqueadas por organizaciones internacionales”, sostuvo el gobierno.
Israel también acusó a la IPC de modificar sus estándares, reduciendo presuntamente del 30% al 15% el umbral mínimo para declarar condiciones catastróficas, aunque este dato no fue confirmado por la ONU.
Una crisis que sigue creciendo
La declaración de hambruna marca un punto de inflexión humanitario. A pesar de las advertencias de organizaciones como Médicos Sin Fronteras, Cruz Roja Internacional y UNICEF, la asistencia sigue bloqueada o limitada, mientras aumentan las cifras de desnutrición infantil y mortalidad por causas evitables.
La comunidad internacional exige a Israel que permita un corredor humanitario estable, seguro y libre de interferencias militares. Mientras tanto, Gaza se hunde en una emergencia sin precedentes, en pleno siglo XXI.
